<p dir="rtl" style="text-align:justify">Autor: Anthony Galvez Terreros <p dir="ltr" style="text-align:justify">La planificaci&oacute;n familiar permite a las personas decidir cu&aacute;ntos hijos desean tener, cu&aacute;ndo y en qu&eacute; condiciones. Esto abarca desde el acceso a anticonceptivos hasta la educaci&oacute;n sobre salud sexual y reproductiva, pasando por opciones de reproducci&oacute;n asistida. Seg&uacute;n la Organizaci&oacute;n Mundial de la Salud (OMS), se trata de un derecho humano fundamental que empodera a las personas y reduce riesgos de salud asociados con embarazos no planificados. <p dir="ltr" style="text-align:justify">Sin embargo, el acceso a estos servicios sigue siendo desigual, especialmente en pa&iacute;ses de ingresos bajos y medios, donde las mujeres de comunidades rurales o marginadas enfrentan mayores obst&aacute;culos. <p dir="ltr" style="text-align:justify">El feminismo y la lucha por la autonom&iacute;a <p dir="ltr" style="text-align:justify">El movimiento feminista ha sido un actor clave en la defensa del acceso a la planificaci&oacute;n familiar. Desde su perspectiva, esta es una herramienta esencial para garantizar la autonom&iacute;a corporal de las mujeres y reducir las desigualdades de g&eacute;nero. <p dir="ltr" style="text-align:justify">La posibilidad de decidir sobre la maternidad impacta directamente en otros aspectos de la vida, como el acceso a la educaci&oacute;n, el trabajo remunerado y la participaci&oacute;n en espacios pol&iacute;ticos y sociales. No obstante, tambi&eacute;n se busca ir m&aacute;s all&aacute; de las necesidades de las mujeres cisg&eacute;nero, reconociendo que personas no binarias y trans tambi&eacute;n requieren acceso a estos servicios. <p dir="ltr" style="text-align:justify"> <p dir="ltr" style="text-align:justify">A pesar de los avances, los desaf&iacute;os son evidentes. En muchos pa&iacute;ses, especialmente en Am&eacute;rica Latina, las pol&iacute;ticas restrictivas, la falta de educaci&oacute;n sexual integral y los estigmas culturales limitan el acceso a la planificaci&oacute;n familiar. <p dir="ltr" style="text-align:justify">En Per&uacute;, por ejemplo, las esterilizaciones forzadas durante la d&eacute;cada de los 90 contra mujeres ind&iacute;genas representan una herida abierta en la historia de los derechos reproductivos. Este caso ilustra c&oacute;mo la planificaci&oacute;n familiar, en lugar de ser una herramienta de autonom&iacute;a, puede ser utilizada como un instrumento de control. <p dir="ltr" style="text-align:justify">Por otro lado, pa&iacute;ses como El Salvador y Honduras mantienen legislaciones extremadamente restrictivas sobre el aborto y acceso a anticonceptivos, mientras que los embarazos adolescentes siguen siendo una problem&aacute;tica alarmante debido a la falta de informaci&oacute;n y servicios. <p dir="ltr" style="text-align:justify">El feminismo interseccional ampl&iacute;a la conversaci&oacute;n, al reconocer c&oacute;mo factores como la raza, la clase social y la discapacidad influyen en el acceso a la planificaci&oacute;n familiar. Mujeres ind&iacute;genas, afrodescendientes y personas con discapacidad suelen enfrentar mayores barreras debido a prejuicios culturales y discriminaci&oacute;n estructural. <p dir="ltr" style="text-align:justify">Asimismo, los movimientos feministas de Am&eacute;rica Latina han impulsado cambios legislativos significativos en pa&iacute;ses como Argentina y Uruguay, donde se han aprobado leyes que garantizan el acceso al aborto legal y gratuito, adem&aacute;s de reforzar la educaci&oacute;n sexual integral. <p style="text-align:justify"> <p style="text-align:justify">&nbsp;